La Madre Margarita se inspiró en la visión del sacerdote para pintar en el año 1943 un cuadro muy especial, único para los scouts y lleno de simbolismos.
La obra está dividida en dos espacios. Desde la mitad hasta la parte superior, se evoca el mundo espiritual y sobrenatural destacándose la Virgen María con el Niño Jesús, y los jóvenes scouts que la rodean en actitud orante.
Bajo ella la religiosa pintó un lago en calma y una barca que representa a la Iglesia; y desde la mitad hasta la parte inferior, está representada la naturaleza como obra de Dios, que ha sido confiada a los hombres. Una naturaleza contenida en árboles de diferentes regiones geográficas, para hablar de los scouts presentes en todo el mundo.
oda la obra habla de una noche de campamento con la luna llena que ilumina la escena, y es también un símbolo mariano.
Al costado superior izquierdo aparece otro scout luchando contra el dragón, para representar la lucha contra el mal y también la leyenda de San Jorge, patrono mundial de los scouts. En esta lucha el joven utiliza el pañuelo y el estandarte que trae dibujada la flor de lis y su bordón, que son las armas de los scouts.
En el cuadro también aparecen otros dos elementos: el fuego, que evoca al Espíritu Santo y el Guía de Patrulla, quien es el "Buen Pastor" que orienta a la tropa, o las ovejas que se le han encomendado.
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