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“Rejuvenecer como el Águila”

En este momento, los invito a hacer un alto en el camino y mirar hacia atrás, con el fin de analizar si estamos viviendo la vida que deseamos, si nos sentimos completos, realizados, felices por las decisiones tomadas, o sea, si somos personas exitosas en todo el sentido de la palabra. Si no fuese así, entonces llegó el momento de renovarnos, de rejuvenecer. De hacer lo que hacen las águilas, las cuales a los cuarenta años, deben retirarse a un nido en lo alto de la montaña, ya que sus picos, alas y uñas están completamente dañados y no les permiten cazar, ni volar. Las águilas deben iniciar un largo y doloroso proceso de renovación, deben pasar ciento cincuenta días aisladas. En ese tiempo, se arrancan el pico, golpeándolo contra la pared, una vez éste les vuelve a crecer, proceden a arrancarse las uñas y después las alas. Lo maravilloso es que, pasado este tiempo, las águilas quedan completamente renovadas, rejuvenecidas, cuentan con treinta años más de vida. Sigamos el ejemplo de las águilas, es el momento de renovarnos, de rejuvenecer, de desapegarnos de esos hábitos que no nos benefician, de esas relaciones que nos dañan y no nos permiten crecer, de ese trabajo que nos consume día a día. Tomemos la decisión de hacer de esta vida, una vida mejor. Dejemos de ser como esos jóvenes, quienes murieron a los diecisiete años y son enterrados hasta los sesenta, setenta u ochenta años, o sea, pasan toda su vida quejándose, deseando hacer u obtener cosas, pero no están dispuestos a pagar el precio por obtener sus sueños. Seamos como esos ancianos, quienes tienen más de setenta años y viven como jóvenes de diecisiete años; alegres, agradecidos, creciendo cada día más y más, o sea, son personas Completamente renovadas, rejuvenecidas. Sé que no es fácil cambiar, que solemos apegarnos demasiado a las cosas y a las personas, aun sabiendo que muchas veces no nos benefician en lo absoluto. Pero si queremos vivir como lo merecemos, como Dios desea que vivamos, debemos realizar los cambios necesarios con el fin de vivir una vida plena y feliz. Recuerde, si deseamos obtener resultados diferentes, debemos hacer cosas diferentes. Si sembramos naranjas cosechamos naranjas. ¿Qué desea cosechar en su vida? De acuerdo a su respuesta debe ser su siembra. Por favor, que su primera meta u objetivo sea amarse a usted primero, en la medida en que usted se ame, podrá amar a los demás y realizar los cambios necesarios, con el fin de ser esa persona, de quién usted mismo se sentirá 0rgulloso. Viva su vida basado en los principios y valores que la hagan más digna, más ejemplar, más plena.
En este momento, los invito a hacer un alto en el camino y mirar hacia atrás, con el fin de analizar si estamos viviendo la vida que deseamos, si nos sentimos completos, realizados, felices por las decisiones tomadas, o sea, si somos personas exitosas en todo el sentido de la palabra.

Si no fuese así, entonces llegó el momento de renovarnos, de rejuvenecer. De hacer lo que hacen las águilas, las cuales a los cuarenta años, deben retirarse a un nido en lo alto de la montaña, ya que sus picos, alas y uñas están completamente dañados y no les permiten cazar, ni volar.

Las águilas deben iniciar un largo y doloroso proceso de renovación, deben pasar ciento cincuenta días aisladas.

En ese tiempo, se arrancan el pico, golpeándolo contra la pared, una vez éste les vuelve a crecer, proceden a arrancarse las uñas y después las alas.
Lo maravilloso es que, pasado este tiempo, las águilas quedan completamente renovadas, rejuvenecidas, cuentan con treinta años más de vida.

Sigamos el ejemplo de las águilas, es el momento de renovarnos, de rejuvenecer, de desapegarnos de esos hábitos que no nos benefician, de esas relaciones que nos dañan y no nos permiten crecer, de ese trabajo que nos consume día a día. Tomemos la decisión de hacer de esta vida, una vida mejor.

Dejemos de ser como esos jóvenes, quienes murieron a los diecisiete años y son enterrados hasta los sesenta, setenta u ochenta años, o sea, pasan toda su vida quejándose, deseando

hacer u obtener cosas, pero no están dispuestos a pagar el precio por obtener sus sueños.

Seamos como esos ancianos, quienes tienen más de setenta años y viven como jóvenes de diecisiete años; alegres, agradecidos, creciendo cada día más y más, o sea, son personas

Completamente renovadas, rejuvenecidas.

Sé que no es fácil cambiar, que solemos apegarnos demasiado a las cosas y a las personas, aun sabiendo que muchas veces no nos benefician en lo absoluto.

Pero si queremos vivir como lo merecemos, como Dios desea que vivamos, debemos realizar los cambios necesarios con el fin de vivir una vida plena y feliz.

Recuerde, si deseamos obtener resultados diferentes, debemos hacer cosas diferentes. Si sembramos naranjas cosechamos naranjas. ¿Qué desea cosechar en su vida?

De acuerdo a su respuesta debe ser su siembra. Por favor, que su primera meta u objetivo sea amarse a usted primero, en la medida en que usted se ame, podrá amar a los demás y realizar los cambios necesarios, con el fin de ser esa persona, de quién usted mismo se sentirá 0rgulloso.

Viva su vida basado en los principios y valores que le hagan más digno, más ejemplar, más pleno.

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