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LA INCLUSIÓN EDUCATIVA


Siempre he sido un gran defensor de la inclusión educativa, y también de la inclusión  social como en el caso de los grupos guías y scouts inclusivos, creo que todo es cuestión de actitud, por eso les invito a leer este articulo sobre el tema, pues creo que encierra ampliamente el tema de una manera sencilla y eficaz.




LA INCLUSIÓN EDUCATIVA
¿Te ha sucedido que no recuerdas el nombre o apellido de un compañero de clases, pero si lo recuerdas por el apodo que tenía? ¿O tal vez lo traes a tu mente cuando te dan detalles que tienen que ver con sus características físicas? Esto suele darse a menudo, pero no nos percatamos que esta situación  es  alimentada por nosotros  y genera en la persona, blanco de nuestras burlas, huellas difíciles de superar, que por lo general se arrastran a lo largo de su vida y tienen consecuencias en su desenvolvimiento social.
En el caso de niños con necesidades  especiales, es más notorio aún y quisiera que reflexionemos al respecto.
Los padres envuelven de amor a estos hijos, y dependiendo del caso, harán lo posible por conducirlos en un ambiente adecuado y estimulante para ellos; sin embargo estamos dentro de un mundo de gente “promedio” donde el que no calza en él simplemente está fuera y por ello es blanco de burlas, y de nulas consideraciones como si se tratará de una “infra persona”.
La consideración  a las personas con necesidades especiales, tiene que ver mucho con el nivel de educación y la poca capacidad de la gente “normal”; suena irónico pero, ¿a quién entonces le falta capacidad o educación?

CAPACIDADES Y NECESIDADES

Existen múltiples situaciones en la vida que permiten conocer a personas con necesidades especiales, vecinos, parientes, amigos, compañeros de aula, trabajadores, y en ellos - por lo general - vemos las necesidades y no siempre apreciamos sus capacidades.
A veces podemos darnos cuenta de sus necesidades porque es evidente un aparato ortopédico, una característica física peculiar, pero en otras ocasiones no se evidencia nada externamente, pues cuentan con una inmadurez cerebral. Existen varias dificultades entre las físicas, mentales y de conducta que demoraríamos mucho en listar, sin embargo quisiera hacer una generalización de las capacidades que a veces no distinguimos:
No se inhiben.-  A los padres de niños especiales les gustaría que sus hijos puedan superar esta conducta para que tengan mayor control de sus acciones, (entrando en el patrón promedio). Es una característica que mucha gente quisiera tener porque no se atreven a intentar muchas cosas, teniendo la posibilidad de hacerlas.
Reconocer a los demás.- Si te pones en el lugar de ellos, te darías cuenta que no todos se alegrarían al reconocer tus características de persona especial: se alejan, los evaden, los ignoran, porque simplemente desconocen cómo tratarlos. Sin embargo, ellos sí  reconocen los sentimientos e intenciones de la gente que los rodea, apreciando las actitudes positivas que los hace sentir tan bien.
Son afectuosos.- Esta capacidad la tienen porque los padres los colman de amor y de eso están llenos, por eso brindan amor a los demás. Las expresiones afectivas como abrazos, besos , “te quiero” “gracias”, brotan con facilidad hacia todo su entorno, y a veces no nos sentimos cómodos porque tristemente no estamos acostumbrados a ello.
Esto nos hace notar que sus capacidades son muchas veces nuestras necesidades y sin embargo, el blanco de burlas son ellos, porque nosotros si podemos ocultar nuestras necesidades y enmascarar nuestros sentimientos, y lo peor de todo es que creemos que esta “facultad” nos hace “mejores”.
Nacer con características especiales, determina cuidados diferentes pero un trato y consideración igual que cualquier otra persona, porque nadie nace sin dignidad.

LA INCLUSIÓN EN LOS COLEGIOS

La inclusión educativa determina que todos los niños deben contar con el beneficio de la educación sin hacer distinción alguna, cuando se tiene necesidades especiales, se tratará de manera especial pero no se le apartará o condicionará su participación dentro del colegio.
Esto estimula al niño con necesidades especiales, a aprender dentro del contexto social del ambiente que le rodea. Si reconocemos que tiene ciertas dificultades y aislamos al niño, lo más probable es que no aprenda nada porque estamos negando un entorno de aprendizaje, y si juntamos a un grupo de niños con necesidades especiales ¿cuál será el entorno del que aprendan?
Por ello, la propuesta inclusiva de la educación, supone integrarlos en aulas comunes, donde los niños se vinculen entre ellos y aprenda unos de los otros. Como resultado  estos niños “especiales” asimilan y se sienten mejor porque están en un entorno estimulante, y los "niños normales" aprenden aquello que a la sociedad le falta: quererlos y valorarlos como personas.
De estas personitas se puede aprender muchas cosas: la fuerza y perseverancia que tienen y disponen en cada cosa que emprenden, su inocencia y confianza, el no postergar los sueños, la disposición de vencer dificultades, etc., y sin embargo, ellos nos tienen como modelos porque aspiran a ser como tu: muchos querrán tener tus piernas, brazos, audición, visión, tranquilidad, no tener medicación, tener tus facultades mentales, simplemente ser como tú.
La inclusión educativa supone control de esta situación dentro del aula, profesores capacitados y menor número de alumnado, dependiendo siempre del diagnóstico del niño, pero lejos del aula ¿tenemos una sociedad inclusiva?
Lamentablemente NO; la burla, el rechazo o simplemente ignorarlos son actitudes negativas que sin darnos cuenta alimentamos negándoles respeto, marcando su estima de manera indeleble;  si es más difícil para ellos la vida ¿por qué añadir más dolor? Si las personas comunes, no pueden salir adelante porque son afectadas por los vacíos emocionales que le causan inseguridad, ¿por qué debemos pensar que en este sentido las personas con necesidades especiales serán más fuertes?  
Hace poco mi hijo estuvo con yeso en la pierna derecha por un mes, y pudo apreciar la dificultades que tiene para movilizarse y hacer su vida “normal”, un niño al que todos simplemente llaman "cojo": "Que difícil mamá, es agotador,  nadie te ayuda, pocas personas son amables, las rampas están rotas o la gente se estaciona en ellas”. Y no es blanco de burlas mayores, porque en su caso se trata de un accidente y esta situación será temporal.
El cambio dependerá de cada uno de nosotros, somos miembros de la sociedad no sólo para exigir mejoras al gobierno o asistir a elecciones, tenemos también una responsabilidad de forma individual porque somos agentes de cambio social, depende de nosotros si somos miembros activos o no y hacía donde dirigimos nuestros esfuerzos. Siendo padres ya estamos gestando en los hijos - a través de enseñanzas que inician con el ejemplo - el comportamiento y la conciencia social de ellos en un futuro, pero en un presente también podemos ver, incentivar y corregir la actitud de ellos.
Antiguamente, los padres que recibían un niño con necesidades especiales lo escondían, o se avergonzaban de él porque lo asumían como un castigo, un defecto de la naturaleza, hasta un error de Dios. Pues ahora las cosas han cambiado porque tenemos estudios multidisciplinarios que nos demuestran que el aprendizaje es posible por varias condiciones: la inteligencia con la que se está dotado, el medio que permite desarrollarla en diversas áreas, social, matemática, etc y la estimulación para generar mayores y mejores procesos cognitivos.
El defecto resulta al contrastar a las personas como si se tratará de objetos y se pudiera determinar la calidad de uno sobre el otro, y antes de asumir el error divino, debemos pensar en el error en el que solemos caer por nuestra condición humana, que mucha veces nos ciega sin dejarnos distinguir que ellos están aquí para que nosotros tengamos la oportunidad de ser mejores personas, y no para sacar lo peor de ti, al ignorarlo o burlarte.
Cuando ingresa al colegio un niño con necesidades especiales, algunos padres creen que la inteligencia o condición normal de su hijo cambiará por vincularse con un niño diferente. Pues tienen razón, ya que su inteligencia se ampliará y su condición será: un niño más tolerante y abierto a las oportunidades de ser mejor, será más sensible y aprenderá de este nuevo compañerito cosas que la convivencia permite, a ser más solidario, más amable, a tener responsabilidad, y un sinfín de valores. En suma, a ser mejor persona.
Si nuestros hijos conocen a una persona con necesidades especiales y sienten curiosidad natural ante ciertas cosas, te preguntaran sobre ellos. Escúchalos. Es la mejor oportunidad de orientar sus pensamientos y actitudes. No nos fijemos en las diferencias sin antes mostrar las similitudes, enseñemos a nuestros hijos a abrir la mente y el corazón.
Si esta actitud está bien interiorizada en mí y en mi hijo, estoy segura que se trata de un aprendizaje muy significativo en nuestras vidas, él aprendió por la experiencia de la fractura a vivir un mes siendo diferente en un aspecto, y yo tuve una experiencia hace muchos años, que me enseño a respetar y querer a las personas sin etiquetarlas, no eran clases particulares, no era un colegio especial, era una profesora especial que marcó mi vida y me inspiró mucho. Ella me enseñó con el ejemplo y la convivencia, la consideración a las personas por el solo hecho de que todas tienen dignidad de ser humano, y lo logró haciendo lo que hoy llamamos inclusión, cuando en ese entonces era una batalla personal que asumió para dejar huella no solo en estas personitas que la necesitaban, dejo huellas en todos sus alumnos. Esta experiencia personal cierra este artículo junto con mi eterno agradecimiento a la profesora Gloria Benavides por esta y muchas lecciones de vida.

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